Pedro de Alvarado
Adelantado de origen extremeño, fue partícipe en la conquista de Cuba, en la expedición de Juan de Grijalva en 1518 y, posteriormente, parte de la hueste de Cortés en la Conquista de México. Su papel en el proceso fue tan importante, que se le conoce como el segundo en importancia, después de Cortés. Tras la caída de Tenochtitlán, Alvarado se dedicó a la conquista y pacificación del entonces Reino de Guatemala, con tal éxito, que fue nombrado por el rey como gobernador y capitán general de la región. Años más tarde, en 1534, se dirigió a Quito (Perú), para continuar con sus campañas de conquista, más fue desplazado por Francisco Pizarro quien se quedaría encargado del control de la región del Perú. Su muerte llegó en combate en 1541 en la afamada Guerra del Mitón, en la Nueva Galicia (Zacatecas). Se dice que fue causada al ser aplastado por un jinete y su caballo.
Por su altura y cabellos rubios, los indigenas centromexicanos le llamaron Tonatiuh "Sol".